No, no es un ferviente defensor de la Biblia; aunque no lo parezca es un contable. Si, si, un contable, ¿o es que pensabais que la vida de un chupatintas de tres al cuarto no podía estar llena de trepidantes aventuras? Se llama Matthias y será el protagonista, si todo va bien, de una novela gráfica ambientada en el s.XVII titulada The Bookkeeper, ilustrada por un servidor y su peluda chepa.
5 comentarios:
Oye! ¡Que los contables pueden ser graciosos!Te lo dice una aspirante :P
Oye... te veo con buena mano últimamente.
Sigue así!
La vida secreta de los contables, uuuuuuuuhhhh, que intriiiigaaaaaa!
¿quien te crees que son los super héroes eh???? Ayyyyyyyyyy! Si es que no tienes ni idea!
Vaya, pensaba que ese era coto exclusivo de periodistas y multimillonarios aburridos con traumas.
Un contable puede acumular mucha adrenalina sentado en su despacho, sumando números y maldiciendo a quienes gastan más de la cuenta y hacen que no cuadre el balance. Luego, probablemente, salga a ajusticiar a esos miserables que cargan a la empresa, SU empresa, las fiestas y bacanales que disfrutan y que, como ya he dicho, hacen que el bendito y sacrosanto balance no cuadre (y que obliga al contable a hacer juegos malabares y quedarse hasta las tantas en vez de...).
Es para crear un trauma peor que el de batman o no.
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