viernes, septiembre 15, 2006

Hienandome de Planes


Al contrario que muchos animales de costumbres más adecuadas para la supervivencia de su especie, la Hiena Peluda hiberna en verano, a veces en invierno y, generalmente, cuando le sale de los apellidos. En este caso, vuestro adorado bicho sarnoso y líder espiritual se empieza a desperezar sin demasiada premura y se prepara para llevar al mundo a un nuevo período de sinrazón y cachondeos varios.

Según recientes estudios, los Neanderthales son mucho más recientes de lo que se creía. Los avances científicos no dejan de impresionarme, cada vez que asomo el hocico a la calle me parece ver aquí y allá un Neanderthal o dos...Pa mí que nunca se fueron, sólo que ahora llevan Alfas y tunean sus coches, e incluso algunos perpetúan esa gran tradición de aporrear a la hembra como gesto de cariño. No deja de tener cierto encanto el establecer vínculos con nuestro pasado.

Hace poco descubrí lo que ya sospechaba: 35 modelos fisionómicos establecidos en el mismo período prehistórico sirven de base a casi todas las formas de vida del planeta. Todas las especies son modificaciones y variantes de aquellos patrones básicos, mutaciones especializadas y adaptadas a condiciones y funciones específicas, con la salvedad del ser humano, claro, que no se especializa en nada pero lo hace todo. Siempre dando la nota. El caso es que, hablando de organismos primigenios (y no voy a ponerme a hablar de la obra de Lovercraft), el ser humano no suele aceptar muy bien su legado pretérito; parece ser alérgico a su pasado reciente, no digamos ya a uno algo más rancio. El caso es que, antes de venir del mono, nosotros también fuimos gusanos (de nuevo, algunos se empeñan en mantener ciertas tradiciones vigentes pese a quien pese, algo loable, no obstante) . Pero, mientras que en algunas especies esto es más patente, como en muchos insectos, por el desarrollo segmentado del abdomen, en el ser humano sólo queda un leve vestigio testimonial de lo que fuimos: la tan renombrada, buscada y apreciada "tableta de chocolate".

¿Qué opinarían muchos vigoréxicos en ciernes si supiesen que, en el fondo, lo que hacen con sus machacamientos inquisitoriales autoinflingidos es manifestar su vínculo ancestral con aquellos que se nos comerán, tarde o temprano? Por suerte para mí, en calidad de Hiena Peluda, una saludable y suave capa de pelos y grasa oculta esa desagradable parte de mi pasado al mundo, aunque reivindicar mi afinidad por los bichos que se arrastran bien podría granjearme las simpatías de muchos miembros de las capas altas de la sociedad; ya veis, carroñitas mías, ser Hiena a veces es sacrificado. A veces...Jisjisjisjisjisjis...