Esto va para todos los jóvenes del mundo árabe, de Egipto, Yemen, Túnez, Siria. Para todos los que se han levantado, han salido a la calle a romper la barrera que separa su presente continuado del futuro que se merecen y que por fin están dispuestos a tomar; a los que han hecho salir con el rabo entre las piernas a los que se creían poderosos; a los que no tienen miedo ya, porque a fuerza de quitárselo todo se lo olvidaron también; a los que pueden, por fin, reencontrar su orgullo y su dignidad de la única manera posible: construyéndolos con sus propias manos. Desde aquí, os saludo.
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