Si, peludos amigos, esta tarde ha visto una de las sesioncillas de fútbol más patéticas de la última década, pero por lo menos yo he corrido y sudado tanto como me ha dejado ¿La respuesta a por qué un grupo de chavales de 22 se cansan antes que un vejestorio con más pelo en el pecho que en la cabeza? Pues que la juventud de hoy día está amariconada, oiga, será por tanto refresco y comida rápida, por la música de OT, el reaggetontorrón, tanta peli mala de cojones o vete tú a saber qué, pero el caso es que se escacharran más pronto y se quejan más ¿No se supone que la especie mejoraba con el tiempo? Cualquiera que viese cómo matan el tiempo los israelíes diría que seguimos en la Edad Media (aunque entonces normalmente ardían los judíos y los árabes les solían dejar en paz, cosa que los cristianos no hacían).
Bueno, el caso es que yo, pese a mi estructura naturalmente recia y constitución ferrea, a veces también me da por abollarme y hoy he tenido una de esas caiditas que, al contrario que la de Roma, no son nada agradables. Como detalle adicional, estoy seguro de que os encantará saber que a estas alturas, el cardenal ya se está poniendo verde amoratado, tiene el tamaño de medio huevo de gallina clueca y las heridas supuran tan ricamente, de modo que si me despisto mi brazo queda pegado al de la silla. Gracias, sé que os encanta visualizar estas cosas en vuestras maravillosas mentes, que tanto trabajo descriptivo me ahorran :D.